Paseo por Edimburgo 3,56 km
Fotos de la rutaComenzamos de nuevo en la Catedral de Saint Giles. En su interior está llena de historias: desde el taburete que le lanzó una mujer al predicador anglicano que intentaba imponer su religión en Escocia. O el rincón de los escritores o John Knox, que fue el principal impulsor de la reforma escocesa estableciendo la religión Prebisteriana. Tuvimos que volver a entrar ya que al parecer en la “Capilla del Cardo” hay un ángel tocando la gaita que sólo los muy observadores son capaces de ver.
Mucho más fácil de ver fue la escultura de Greyfriars Bobby, cuya restauración fue a cargo de la taberna que hay detrás. Tan sólo puso una condición; que hicieran girar la cabeza del perro. Nadie sospecho por qué lo hizo así, pero ahora todo el mundo le hace publicidad gratis con las fotos del perro.
A diferencia de los condenados a la horca en Grassmarket, no vamos a tomar la última pinta en The Last Drop. Nosotros preferimos decir la penúltima. Por eso continuamos por Victoria Street, la calle más bonita de Edimburgo en busca de algo de comer en uno de los locales más exitosos de la ciudad. Allí ponen un cerdo asado en el escaparate y cuando se acaba el cerdo, cierran. Estaba riquísimo.
Llama la atención la alta iglesia Highland Tolbooth Kirk, aunque ahora todo el mundo la conoce como The Hub. Dejó su función primitiva y ahora se usa para acoger diversos eventos, exposiciones o incluso como sede del Festival Internacional de Edimburgo.
De camino al Castillo de Edimburgo pasamos por dos museos, el del whisky y el de ilusionismo de la Cámara Oscura. Cuidado si vais a los dos y lo hacéis en este orden, ya que la experiencia de ilusión puede ser doble o triple. El castillo sigue en pie a pesar de los más de 26 asedios que sufrió a lo largo de su historia.
Podríamos estar todo el día visitando los distinto museo que tiene esta preciosa ciudad: el Museo de los escritores, el Museo del Banco de Escocia o la mismísima Galería Nacional de Escocia, pero nos haría falta varios días más. Así que seguimos la ruta hasta el Monumento a Scott, el más grande monumento creado a un escritor. Son tan solo 287 escalones y a aquellos que alcancen la cima se les entrega un certificado que conmemore la hazaña. No fue nuestro caso, preferimos tomarnos otra pinta y seguir disfrutando de esta bella ciudad…Hasta la próxima
Tipo de terreno: La ruta va siempre por calles y caminos asfaltados, por lo que conviene llevar un calzado cómodo.
GPS: La ruta no está señalizada, por lo que es necesario el GPS para seguir nuestra propuesta de recorrido, aunque Edimburgo es enorme y se podrían hacer diferentes recorridos.
Agua: No vimos fuentes en el recorrido pero la ciudad cuenta con una variada oferta hostelera donde tomarse unas pintas.
A destacar: La calle Royal Mile y Victoria Street.